Tiene una parte un tanto "egocéntrica" pues hablo de mi experiencia personal y de lo que he podido aprender con ella.
Dicho esto, hace un tiempo empecé a tomar un camino ligeramente distinto por el que yo no hubiese pensado jamás que me decantaría.
Fue una montaña rusa. Idas y venidas pero tenía una compensación que me hacía aferrarse a él. Casi más que camino, eran arenas movedizas... visto el final, diría que eran unos rápidos que culminan en la catarata más pronunciada del mundo.
Bastamente algunas personas dirían... "pa' qué estos berenjenales?" Y ahí es donde tendría cabida está reflexión: creí vivir algo único.
Me sentía tan valiente, ilusionada y fuerte. Con ganas de coger la vida de cara y saber esquivar los asaltos que pudiera presentarme.
Vivía cada momento único e irrepetible. Pletórica. Pero ah!... ¿qué vivía? ¿qué me llenaba tanto?
Expectativas. Punto.
Me recreaba en lo poco y vivía pensando en nubes de azúcar que eran menos. Creía vivir más de lo que en verdad era. Ilusa.
Pero ¡ah! (De nuevo). No somos estáticos ni de pan vive el hombre. Al final algo se caldea. Crece un hilito de tedio, frustración...y a veces se juntan más caractéres que hacen de una persona otra distinta.
Esa persona no ha perdido su forma buena de ser, pero tampoco quiere ser tonta. Se mira en un espejo y no busca excusas. Tonterías... las justas. Reconoce y acepta, pero también persigue el cambio y no se conforma con jugar con castillos en el aire.
Esa persona dice un claro "No". No a las medias tintas. Al secretismo. A sentir que es una vergüenza, juguete o error...
Coge todas sus herramientas. Las utiliza... Y sabe cuando despedirse... aunque de pena.
El balance entre lo habíamos vivido y que lo que vivimos, no supera lo que creímos vivir ni lo que soñamos que viviríamos.
Hace un tiempo, retomé de nuevo viejas aficiones que dejé de lado por motivos que no importan.
Uno de ellos es la lectura, algo obvio que volvería a mi ser, por el simple hecho de que me apasiona.
Es curioso, porque durante unos instantes, puedes conocer tantos mundos como páginas tenga el libro. Pero lo que más me ilustra, es cómo, sin darte cuenta creces.
Ver a personajes que dejan todos sus miedo de lado. Pasando aventuras y desventuras y fuertemente vinculados a convicciones y principios (pero con la mente abierta Al conocimiento y cambio), hace ver qué clase de persona puedes y quieres ser.
Retomé una saga que me fascina (entre otros libros): El médico. Y reencontrarme con Rob, ver esa tenacidad y ese ser... me recordó un esbozo de lo que yo fui.
Puede sonar muy patético, pues sí oigan, puede. Pero de pronto dejó de parecerme patético el reidentificarme (aunque sea en base a un personaje ficticio) y pensar "dios... qué cobarde y "personaja" estaba siendo en este tiempo"
Ahí! Ahí sí que sentí ese ridículo que hace que suban los colores y uno se avergüence de uno mismo.
¿Esto a qué viene? Sencillamente al hecho de que no sabes En qué momento o qué situación pueda hacerte un "click" y desear que retomes tus riendas.
Durante un tiempo, pecaba de tener siempre los mismos cantos rodados metidos en los zapatos. Que molestas, calan y llegan a ulcerar. Y digamos, me preguntaba porqué en vez de coger los zapatos y tirar esos perdigones. Era como un lastre que llevaba encima y asumi que debía estar ahí. ¿Por qué? Los humanos y nuestra psicología.
Pues bueno, un día decides que se acaba. Que ya está bien de tener más piedras en el camino. Y que es inadmisible que, habiendo las que hay per se en la vida, sólo falta que encima tu te las metas dentro de tu propio calzado.
Todo lo innecesario debe ir fuera. Aquí hay que ir ligeros y seguros de nosotros.
Cojamos referentes con un carácter aséptico. Valientes, no sin miedo, pero si con afán.
Cojamos nuestras riendas y dejémonos de tonterías.
Somos nuestras bellas cicatrices. Somos un mapa. Una constelación de historias que se ligan unas con otras. Nos conforman.
Somos personas y obligadamente vivimos,
con marcas de guerra. Nos recuerdan historias.
Como la que tengo en el cuello porque me mordió un perro cuando tenia 10 años.
Como las de mis rodillas, por correr bajando a lo loco cuestas pedregosas en pueblo.
Arañazos, de los bichitos a los que he tenido que cuidar.
Marcas de dientes, de mis sobrinos... de mis pacientes enfermos y demenciados...
Estrías... de mis cambios de peso. De crecer. De mi piel frágil.
Pequitas y pelirroja, herencia de mi antepasados.
Mis tatuajes (y los que vendrán) y mi piercing. Sentirme que sin ellos no soy yo.
Ojos pardos, de mi padre.
Manos de pianista y dedos finos, de mi madre.
Amor por la música, por mi familia.
Locura por viajar, por ver mundo, por fundirme con cada cultura. La que prefiere perderse en la ciudad antes que ver el mapa turístico.
El miedo a que suene el teléfono y que esperes siempre malas notícias... o cosas del trabajo que no puedes soportar más.
La que de vez en cuando llora y no sabe porqué. La que se ríe sola y se monta sus pirulas. La que se come la cabeza más de lo que debería. La torpe, no le tocó la maña ni la fuerza y ni pa' robar panderetas tengo pulso (yaaaaaas!)
La que baila mientras cocina y le flipa investigar sabores y texturas. Y soy un As con la escoba-guitarra. Muajajaja
La que se pierde... demasiado. Mucho... qué triste. Pero así descubre rinconcitos... Nyaaaah, not bad.
Odiar el reloj y el calendario, porque decepcionas a todos porque no llegas. O se te olvida... y te compras una agenda, pero olvidas usarla.
Ir a un sitio, ver algo, oler un perfume... recordar buenos momentos. Sentir el abrazo de esos que nos estan. Verte hasta abrazando un trozo de tela que te recordaba a alguien.
Mirar fotos y que se te acelere aun el corazón.
Contestaciones automáticas y refranes que odiabas que te dijeran pero ahora haces tú.
Hacer gestos y darte cuenta que tu hermana hacia lo mismo... o tu madre... o ...
Acoger expresiones de amigos y hacerlas tuyas.
Explicarle a alguien algo que te enseñaron súper emocionados tus congeneres y te importó 0 pero... Eh! Es un tema de puta madre ahora. PATOS PATOS PATOS
Y el odio de antes, el amor de ahora. El amor de antes, la indiferencia de ahora. Y que todo vaya bien. Y ver que has crecido y el tiempo te da perspectiva. Es decir... Vivan las lentejas, mamá. Y el potaje ... que vieja me hago...
Y el miedo a la oscuridad que pasa al dolor... pero sigo tapandome por si un fantasma está ahí... y NO PODRÁ CON MI SÁBANA.
Las ostias de la vida. De la realidad, de la mentira, de la hipocresia.
El miedo... el bulling... los prejuicios... los estigmas... los agdy7shqudhdjfineksudcha que desastre.
El selectivo, la carrera, las noches de empalme. Empezar a currar y querer volver a ser niño. VACACIONEEEEEES JODERRRRRR. Y estar en paro y querer currar. Y sentir que no sabes qué quieres hacer...
Los viajes de los que pensabas que no volverías viva pero ahora los recuerdas tirada en el suelo partiendote de risa.
Ese puto tema que te pones y gritas y bailas como si no hubiera un mañana... ese que te pones y lloras como una madalena y sabes que te da por ahí... pero joder, da igual.
Por no decir... el tema que te pones en bucle, porque sí. Porque te da la gana. Por que lo necesitas.
La indecisión personificada... Patidora nata.
La peli de palomitas... la peli de helado y chocolate. La peli que matan al perro y dejo de verla enfadada ¿en serio, por qué? ¿POR QUÉ? hhgbdhhfjfgdhjfhj!!! ò.ó
El partido se futbol con amigos y birras... y tú odias el futbol... pero amas a tus amigos. Compensa. GOOOOL!!! (De quién? Ni zorra... pero mira a Quique y George felices!)
El concierto o cd de amigos tuyos que ... pero TU EN PRIMERA FILA! (y... que me hagan lo mismo)
Que tu familia te venda más CD's que tú... OLE! Y que sea tu madre cómplice y amiga... eso no se paga.
HERMANOS! Y nuestras perfectas peleas y nuestros perfectos abrazos.
Las páginas escritas de niña, de adolescente y leerlas ahora... cómo era tan tonta! (Esperemos dentro de 4 que lea esto) PERO a la vez pensar, jo... que recuerdos.
Ir al monte y acordarte de que plantas son buenas, setas, flores, huellas de animales, minerales... gracias de nuevo papá.
Ir al mar y conocer a los bichos, saber respetar las corrientes y olas... y a las morenas, erizos... amar la naturaleza... gracias mamá. De nuevo, gracias papá.
La que teme al amor. La que se encierra y quiere estar sola. La que se pierde en las páginas de los libros, la que sigue abrazando la almohada. La que le gusta que le toquen el pelo y ama las tardes abrazada a su chico. La tímida. La que extraña y a veces se siente muy sola. La mujer de hielo.
Yo qué se... yo no soy yo... Soy todos y cada uno de los que han pasado por mi vida. Se hayan ido o quedado.
Pero sobretodo ... Que el corazón no se pase de moda.
Que los otoños nos doren la piel.
Que cada noche sea noche de bodas... Y nunca se ponga la luna de miel
Como una sutura que remienda los descosidos, producidos por cada filo del camino. Esos que duelen y te incitan a perjurar blasfemias por estar tremendamente sobrecogidx.
Pero aisss... hermoso y silencioso tiempo. Que tiene y da alas.
Y las alas liberan
Y cada vez se hacen más grandes
Y cada vez, más fuertes
Y cada vez, más lustrosas
Recoge esa lengua viperina, preparada para espetar cualquier injuria. Y lo convierte en serenidad.
Te deja suave, mecido. Priorizador, tolerante y espabilado. Lúcido y libre.
Los juicios recibidos, los lastres y losas que cargas. Que pesan y resuenan firmes en tu conciencia se difuminan. Te recuerda que errar es humano, que nunca hay un final pero si muchos principios. Te dice que de todo lo malo, y de cada uno que te haya juzgado no hay mas que la sentencia a una nueva vida.
Es de noche,
Oscura y cerrada. Sólo la luz de la luna irrumpe por la ventana apuntando directamente a mis ojos.
Esa ventana medio abierta por donde entra una suave brisa que mueve las cortinas color pistacho.
Desnuda, sólo la suave sabana de algodón blanco maldejada caer para cubrir lo justo de mi.
Aún entreabro los ojos... ¿qué ha pasado?
De pronto, noto una mano deslizándose suavemente por mi costillar. Bajando por mis caderas. Acariciando mi piel suavemente. Calor con calor. Piel con piel.
Noto un aliento en mi nuca. Lo que eran caricias pasan a un abrazo, que incrementa su presión hasta soltarse bruscamente.
De nuevo acaricia. De nuevo el aliento en mi oído esta vez. Suave.
No hay nadie más despierto que yo.
Me vuelvo a incorporar y acomodar entre esas sábanas, las almohadas mullidas, el colchón ya viejo y el calor. Con la luna. Con la brisa. Con el aliento.
Esa paz del silencio corrompida por la desgarradora nobleza de los amos de la noche.
No llueve, pero caen gotas.
No truena, pero hay luces centelleando.
No ocurre nada, solo hay un fin.
Ahí se escuchan aullidos. Se mantienen algo sofocados. No quieren despertar a nadie,
sólo quieren que algo venga a salvarlos.
Sólo quieren volver a tener su calor, pero se ha ido...
Ha luchado,
ha corrido,
sonreído y ...
sencillamente, se ha quedado dormido.
Se ha quedado en silencio.
Los lobos aullan. Acompañan la tensión. Acompañan el vacío.
Las ideas fluyen. Los pensamientos corren y sacuden como la electricidad. Retumban. Consuelan y desgarran.
Abraza ese instante. Lo que queda de su ser. ¡Ay! ¡Cuánto amor! ¡Cuántas cosas vamos a extrañar! ¡Cuántas cosas vamos a recordar con amargura! Con la sonrisa torcida... Hay tanto amor. Tanto entregado que... ¿¡Qué importa que ya sólo se abrace al silencio y a lo frío!?
Se escuchan aullidos. Pretenden dar confort. Pretenden ser la marcha fúnebre del que siempre fue un espíritu de montaña. Un alma libre y salvaje.
De esa que se clave en la piel
Que entra y se extiende.
Que carcome tu alma.
Que te desnaturaliza.
Que te anula.
Que te da, te quita, te da, te quita...
Que va y viene.
Que empuja, arrastra, asfixia, quema, ata...
Eso eres...
VENENO
Mi mejor amiga escribió que "Todos los gatos caen de pie"
Es verdad.
Son el perfecto ejemplo de la plasticidad, de la energía... del AAAAAAAAAAAARJJJGJGJJRSJSJGHSJDKRHGSKDJBHSDJKFBSLJKBHNSDKJFBHJSKFBHJKFSGB.
...
...
y como digo yo... CONSONANTES... Bueno, como decía gente a la que he amado... y a la que amo. Con su esencia. Con sus expresiones, con sus sdjhfjshfjsdhjshdk sus CONSONANTES!!!!! Y de vez en cuando diremos unicornios, cuando todo salga bien, verdad, ¿Sara?
Igual no tiene mucho sentido para vostrxs, pero si os digo que a veces hay cosas sólo puedes expresar con tus personas, dirás "OK, no entiendo estas expresiones, pero sé lo que es tener un lenguaje único con MI GENTE, con MIS PERSONAS... con esos únicos 5 dedos de la mano que sabremos siempre que son nuestros amigos (tal vez menos, ya sabemos que los amigos se cuentan con una mano y suelen sobrar dedos).
Siempre me he sentido muy gato. Vaaaale, suena absurdo, pero me gusta cómo son: esa sutileza, esa delicadeza... Los gatos necesitan tanta paciencia, espacio, tiempo... Necesitan independencia. Son bichos libres, pero quieren cariño. A ratitos. Dan muchísimo. Pero respeta su espacio. Se asustan. Necesitan a veces esconderse. No sé.
A ver
Todos tenemos esa iniciativa (o no) que no siempre nos identifica. A veces hacemos un constructo de nosotros para poder plantar cara a todo. Existe la teoría de las personalidades según el contexto. Se puede estar de acuerdo o no, no me meteré en eso. Yo no soy igual con mi jefx, con mis amigxs, con gente que acabo de conocer... pero siempre estoy conmigo, y sé cuando me decepciono a mi y cuando estoy orgullosa de lo que hago. Lo sé, luego puedo autoengañarme, pero no sirve de nada. Soy yo en distintos contextos y puedo errar en cada uno de ellos. Y es genial. Lo gatos caen, pero caen de pie para seguir adelante. Son amor y espacio y fuerza y locura y sensatez y, y, y, y...
Hay algo que siempre he pensado, como son capaces de trepar esos obstáculos tan irrisoriamente inaccesibles. Como dicen muchxs, ¿qué es lo imposible? ¿Para quién es imposible? ¿Por qué lo es? Límites...
Damos y caballeras,
aquí está una persona que se equivoca día si y día... ¡que coño!, día también.
¡Hola!
Encantada.
Me apetece hablar de banalidades de la vida. De cosas mundanas.
Por ejemplo, una confesión:
SIEMPRE HE QUERIDO APRENDER A HACER EL PINO...
Os puede parecer una tontería, pero soy de esas pocas personas que en su colegio nunca supo hacer el pino.
También he querido siempre saltar con paracaídas. Me parece un claro sinónimo de la vida.
Coger carrerilla y dar el paso.
Casi que el primer paso siempre es un salto.
Es un susto, una inquietud y un "que sea lo que tenga que ser" dicho entre dientes.
Es una aventura.
Y para aventuras, las oscuras. Las que te cambian la vida.
Madre mía, no me esperaba estar aquí ni así hace menos de dos meses. No esperaba los giros que van y vienen. Y hay cosas de las que me río, otras que las recuerdo agridulces y otras amargas...
Los noes, los sies... Los alientos cálidos en las sienes. Los gallos desafinados con intención de rasgar la conciencia. Las caricias al alma. La soledad. El silencio. La inestabilidad. Andar sin rumbo y perdida. La estabilidad. Encontrar de repente calma. Abrir los ojos...
Todo se puede ir y volver. O todo puede ser distinto.
Reencuentros. Despedidas. Redespedidas.
Café y libros.
Cortes en los dedos de pasar las páginas. Suspirar al leer una frase que te hace reflexionar.
Reencontrarte. Rehacerte.
Volver a caerte. Volver a tener que construirte.
Desquiciarte.
Llorar y sonreir.
...
Sssssssssssssshhhhh
...
Confesión: siempre he querido aprender a hacer el pino.
Pero de alguna forma, aprendí a volar con saltos de longitud.
Algo verdaderamente me preocupa.
Estos días he hablado con muchísima gente... y qué poquitos eran capaces de respetarse a sí mismos.
¿Qué nos está pasando?
Decir: no soy nadie, no sirvo, no puedo... Y motivos por los cuales no soy, no sirvo, no puedo...
No ser nada... Ni siquiera ser algo...
Es inconcebible. La vida tiene muchas trabas para que uno mismo se ponga más barreras.
Hay cosas que no sabes hacer. Cosas que otros hacen mejor y otras en las que destacas. Definitivamente.
Por otro lado, no somos invisibles, aunque a veces lo creamos. Sí que podemos serlo para nosotros mismos, eso es bien distinto. Nuestros actos influyen en nuestro entorno. Cosas pequeñas o grandes que pueden hacer sonreír o alegrar el día a alguien. A veces sin que seas consciente.
Puedes compararte, pero mejor si lo haces contigo mismo. Con lo que quieres hacer, con lo que has hecho y con lo que puedes hacer. Eres tu mejor recurso, pilar y herramienta. Hay mil cosas que otros habrán hecho y otras tantas que habrás hecho y que podrás hacer tú.
Poco a poco. Cada uno se construye... pero también te puedes destruir.
No está mal tocar fondo. Es cierto, no pasa nada.
A veces, tenemos algo interiormente que nos dice, sé que puedo... pero algo me arrastra abajo. Algo hace que me de igual todo. Hay un monstruo que estira de mi a la sombra. Que me dice que no salga. Que me dice que no hable. Que me dice que lo deje estar. Me dice muchas cosas... y ninguna buena.
Es una losa. ¿Y sabes qué pasa? Que llega a convertirse en zona segura. Un malestar conocido. Algo a lo que te habitúas... que se le va dando poco a poco de comer y se queda. ¿Cómo no se va a quedar? Si tiene comida, casa y compañía.
Pero durante un instante, céntrate... Algo te dice que puedes. Puedes. No es esperanza. Ese eres tú. Tu parte luchadora. Es esa parte maravillosa de ti al pie del cañón.
Y oye... a esta también hay que darle de comer. Y mimarla. ¿Cómo?
Parece difícil y suele serlo al principio. ¿Recuerdas cuando hacías cosas que te gustaban? ¿Cuando te alegrabas por hacer algo? ¿O estar con ciertas personas? O... No sé, cada uno es un mundo (AFORTUNADAMENTE!!!!!!!!!!!!) Pues ese tú, quiere volver a recuperarlo poco a poco.
Evidentemente, el pegajoso de antes, no querrá que lo hagas porque se queda solo. Pero bueno... Ya lleva tiempo ahí, ¿no? Parece que te toca estar contigo un poco.
Es curioso, porque sin darte cuenta, te volverás a ver. Y, ¡ey!... ¡Qué fuerte eres!
Hasta el silencio. Hasta estar en la habitación reencontrándome con viejos amigos.
Seis cuerdas, canciones melalcoholicas... Y los ojos humedecidos.
No hay ganas de continuar fingiendo.
No sé porqué pero estoy destrozada
pero podría quedarme tumbada en el suelo... horas... podría mecerme y buscar consuelo y sólo encontraría vacío. Fragmentos. Nada. Nada de nada.
Me hierve la sangre si pienso que esto es el jamás.
Tengo mi corazón expuesto, dispuesto a hacerse la disección final.
Y sin reparos,
grito... lloro... escupo cada estúpido pensamiento de esperanza de mi cabeza.
Porque... ¿Para qué?
No hay peor herida que la de haber herido. No hay peor herida que la de haber querido.
No hay peor herida que querer arrancar los segundos de tu cabeza. La de sentirse engañado. La de haber engañado.
¿Qué tipo de broma es esta?
Sea como sea... produzco odio y asco.
¡Dios! ¿En serio? ¿Cómo se puede llegar a esto?
Todo era etéreo. Sólo era una mano en este juego.
¿Por qué ahora esto?
Me expuse, diseccioné mi alma.
Y ahora... ¿qué? ¿Asco?
...
...
...
Silencio
...
...
Maldito silencio cobarde
...
Silencio
...
123
123
123
123
...
...
...
No hay vals. No hay máscaras. No hay engaños.
Malentendidos... Seguro
Pero... fíjate, está grillada. Pillada. Destripando el fondo de tu alma.
Anulados.
y... ¿qué más? ¿Qué más puedo hacer?
Hay una invitación en la mesa. Por favor... que no sea cierto el jamás. Que no haya un jamás.
Hola,
Tal vez hoy filosofe sobre el mundo... La vida... Esencia...
Esos rollos de los que solemos hablar y hacer creer que estamos llegando a su conocimiento
...
...
JA!
...
...
JA!
¿Sabéis ese momento en el que buscas tu camino?
Claro que lo sabéis... Nos pasamos media vida diciendo que no lo encontramos. Que estamos perdidos mientras vemos a unos infelices por el rabillo del ojo y decimos "¡Qué envidia suerte! Ojalá lo viera igual de claro..."
Y yo me pregunto... ¿Ver? ¿Qué espero ver?
Seguro que a medida que ande no van a aparecer baldosas amarillas.
Y no tendré unas botas rojas.
Pero ahora en serio... ¿Qué hay que ver?
Mirad, esto es todo muy poético y todxs (me incluyo) hablamos de lo que deberíamos hacer. Damos discursos de desamor. De injusticia. De la búsqueda de la felicidad... Y nos regocijamos hablando de nuestras experiencias que esperemos puedan serle a alguien útil. Peeeeeeeeeeero... el problema siempre parece ser que no vemos las cosas porque no sabemos qué es lo que tenemos que ver. Aprender a encontrar requiere aprender a saber qué es lo que busco. Tener mil sentidos abiertos, preguntarse y... Saber ver. Saber fijarse.
No es fácil.
...
Nada que vale la pena lo es... ¿verdad?
Por eso admiro a los artistas... Van más allá. Piensan en algo que los demás no perciben. Lo transforman en arte... Y de pronto te sientes sobrecogidx: te ves ahí. Reflejadx en algo. Algo no has creado. Como si alguien te hubiese mirado y creara magia con lo que vives. Con lo que sientes.
Los ves... sentados tocando, escribiendo... Ahí cantando. Pintando, fotografiando.. Actuando... Y en esos instantes, se para el tiempo. Te contagias de su clima. De su ambiente. Notas que algo te acaricia. Te hipnotizas. Luego puede que ya nunca recuerdes su nombre. Que nunca más sepas de él/ella ni de su trayectoria pero, durante unos momentos, fuiste parte de su obra. Formaste parte de su mente... Viviste al artista. Al que se desnudó con su arte. Viste más allá de lo que ven los ojos.
"En la vida hay que poner la mano en el fuego... y quemarse"
-Puedes morder, ¿eh?
Y lo habría hecho. Más a menudo. A veces más fuerte y otras, más suave. Más despacito y delicado. Como quien desea paladear cada matiz de sabor de ti. Puse la mano en el fuego.
No es ponerme mística (ni seria). Ni marciana o lunática. Verdaderamente ha sido un error y cada día, en mi cabeza ronda de alguna forma. ¿Por qué decidí meter la mano en el fuego?
Tengo flashes de momentos. De ese tacto cálido y suave. De ese olor a tu cuerpo. Hay días que recuerdo como las constelaciones de mi piel. Y no puedo evitar sentir encojerme por dentro. Cerrar los ojos y suspirar.
Movimientos gatunos. Miradas furtivas. Silencios. Y de nuevo ese temblor que recorría mi alma de abajo arriba y viceversa. Las mejillas encendidas, como manzanas. Pero, como todo en esta vida... ¿qué se puede esperar? ¿hasta que punto se puede buscar?
Podría haber mordido. Y lo hice, una manzana. Y ahora vagaré por el infierno. Definitivamente, hay que saberse quemar.
Ni silencios, ni segundos, ni sosegados suspiros de paz; porque he vuelto.
¿Por qué he vuelto?
Porque soy una necesidad. Lo que te quita el nudo que te asfixia. Lo que ahuyenta la bestia que muerde tu carne y te hace extremecerte cada noche.
Soy lo que saca tus uñas y arranca cada sanguijuela pegada a tu piel. Soy el suelo que te recibe cuando caes. Soy la hostia de realidad. La que odias. Lo que no quieres que vuelva nunca.
