"En la vida hay que poner la mano en el fuego... y quemarse"
-Puedes morder, ¿eh?
Y lo habría hecho. Más a menudo. A veces más fuerte y otras, más suave. Más despacito y delicado. Como quien desea paladear cada matiz de sabor de ti. Puse la mano en el fuego.
No es ponerme mística (ni seria). Ni marciana o lunática. Verdaderamente ha sido un error y cada día, en mi cabeza ronda de alguna forma. ¿Por qué decidí meter la mano en el fuego?
Tengo flashes de momentos. De ese tacto cálido y suave. De ese olor a tu cuerpo. Hay días que recuerdo como las constelaciones de mi piel. Y no puedo evitar sentir encojerme por dentro. Cerrar los ojos y suspirar.
Movimientos gatunos. Miradas furtivas. Silencios. Y de nuevo ese temblor que recorría mi alma de abajo arriba y viceversa. Las mejillas encendidas, como manzanas. Pero, como todo en esta vida... ¿qué se puede esperar? ¿hasta que punto se puede buscar?
Podría haber mordido. Y lo hice, una manzana. Y ahora vagaré por el infierno. Definitivamente, hay que saberse quemar.
.
.
.
.
.
.
Y sin duda, volvería a poner la mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.