miércoles, 16 de mayo de 2018

El amor propio. Carta a TI




Algo verdaderamente me preocupa.
Estos días he hablado con muchísima gente... y qué poquitos eran capaces de respetarse a sí mismos.
¿Qué nos está pasando?

Decir: no soy nadie, no sirvo, no puedo... Y motivos por los cuales  no soy, no sirvo, no puedo...
No ser nada... Ni siquiera ser algo...
Es inconcebible.
La vida tiene muchas trabas para que uno mismo se ponga más barreras.

Hay cosas que no sabes hacer. Cosas que otros hacen mejor y otras en las que destacas. Definitivamente.

Por otro lado, no somos invisibles, aunque a veces lo creamos. Sí que podemos serlo para nosotros mismos, eso es bien distinto. Nuestros actos influyen en nuestro entorno. Cosas pequeñas o grandes que pueden hacer sonreír o alegrar el día a alguien. A veces sin que seas consciente.

Puedes compararte, pero mejor si lo haces contigo mismo. Con lo que quieres hacer, con lo que has hecho y con lo que puedes hacer.  Eres tu mejor recurso, pilar y herramienta. Hay mil cosas que otros habrán hecho y otras tantas que habrás hecho y que podrás hacer tú.

Poco a poco. Cada uno se construye... pero también te puedes destruir.
No está mal tocar fondo. Es cierto, no pasa nada.
A veces, tenemos algo interiormente que nos dice, sé que puedo... pero algo me arrastra abajo. Algo hace que me de igual todo. Hay un monstruo que estira de mi a la sombra. Que me dice que no salga. Que me dice que no hable. Que me dice que lo deje estar. Me dice muchas cosas... y ninguna buena.
Es una losa. ¿Y sabes qué pasa? Que llega a convertirse en zona segura.  Un malestar conocido. Algo a lo que te habitúas... que se le va dando poco a poco de comer y se queda. ¿Cómo no se va a quedar? Si tiene comida, casa y compañía.

Pero durante un instante, céntrate... Algo te dice que puedes. Puedes. No es esperanza. Ese eres tú. Tu parte luchadora. Es esa parte maravillosa de ti al pie del cañón.

Y oye... a esta también hay que darle de comer. Y mimarla. ¿Cómo?
Parece difícil y suele serlo al principio. ¿Recuerdas cuando hacías cosas que te gustaban? ¿Cuando te alegrabas por hacer algo? ¿O estar con ciertas personas? O... No sé, cada uno es un mundo (AFORTUNADAMENTE!!!!!!!!!!!!) Pues ese tú, quiere volver a recuperarlo poco a poco.

Evidentemente, el pegajoso de antes, no querrá que lo hagas porque se queda solo. Pero bueno... Ya lleva tiempo ahí, ¿no? Parece que te toca estar contigo un poco.

Es curioso, porque sin darte cuenta, te volverás a ver. Y, ¡ey!... ¡Qué fuerte eres!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.