lunes, 7 de mayo de 2018

Fuego. Capítulo 2



El mundo puede arder.
Pero aquí estamos. Entre cuatro paredes.
Piel con piel. 
Un juego viciado. Una perversión.
Se dice que nunca puedes elegir de quién te enamoras. 
Y yo... yo no quiero volver a hacerlo.
Prefiero divagar. Prefiero deambular. Prefiero vivir mi vida gamberra y solitaria que llevé en "aquellos años mozos".
La velocidad... ¿De qué podría servir?
A veces correr te hace volver 50 casillas atrás. Y jode. Me cago en to', jode mucho.

El mundo puede arder.
Estamos AQUÍ. Sin importar donde.
Latido con latido.
El juego sigue igual de viciado y tus mano tocan mi cuello.
El amor es caprichoso.
Y tu te enamoraste hasta los huesos.
Está integrado en tu alma. En tu voluntad.
¿Qué puedo hacer? 
Esta noche puedo abrazarte como nadie. Susurrarte. Arrancarte gemidos del interior de tu ser.
No hay prisas.
Sólo déjate llevar.
Sólo muerde. Sólo besa. Sólo ten eso.
No hay lindezas.
No hay.
Creo

¿Te impongo?
Y dejas de querer mis labios.
El mundo arde.
El juego... perdido.
Sin poder tocarte. Sin poder mirarte. Sin poder olerte. Sin sin sin sin sin sin...
El tiempo ha pasado. 
Ha elegido.
¿Qué ha elegido?


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